martes, 8 de julio de 2008

Bocados de mundo

Las ganas de comerme el mundo, mi inexperiencia, la poca edad y la curiosidad hicieron sumergirme en la noche de esa gran ciudad. Fingiendo una falsa experiencia y con mi sonrisa propia de un ángel caído te conocí entre tanta gente que al calor de la noche bailaba y se embriagaba.

Después de esa noche, nos tornamos inseparables, haciendo tantos planes de ir a esa tu ciudad,
que se baña del caribe, fueron meses de noches de rebeldía, aventuras y desenfreno.
De pronto nos convertimos en hábiles líderes, protagonizando todas esas noches en las que se lucraba con falsa felicidad y dañina diversión.

Desenvueltos en ese mundo oscuro, así mismo te perdiste una noche, un mortal estruendo, gritos y personas huyendo enfocaron tu final entre las luces de neón.

Hoy he viajado a esa ciudad que se baña del caribe, ahora con el sol y el viento en la cara, con los pies en la arena y con ese intrigante aroma a palmera, han vuelto las mismas ganas de comerme el mundo. Con la misma curiosidad y las mismas características de un ángel caído, esa noche me volví a sumergir en la oscuridad y en las luces de la tropical ciudad, pero ahora ya no estabas tú...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo este para mi es el mejor escrito que has hecho.
nose si vas mejorando o realmente me gusto muchisismo.

felicidades
xoxo

Anónimo dijo...

hermanito, me encanto esta muy profundo y hasta cerre los ojos al imaginarme lo que escribiste, te felicito. mony s.c.